Está más que visto, que los aficionados tendremos que concertar con la agencia de viajes (Viajes Halcón. Empresa colaboradora) unos pasajes para ver ganar al C.B. Canarias fuera del Pabellón Santiago Martín. Los aurinegros, después de la victoria ante el Rio Natura Monbus Obradoiro por 82 a 84, se ha convertido en un equipo temible fuera de su feudo, demostrando que la ansiedad le puede fuera de ésta.
Especial mención del encuentro, aquellos jugadores no habituales, como; Salva Arco que realizó “el encuentro de su vida” (20 puntos), Will Hanley que los pocos minutos que estuvo en cancha lo hizo brillantemente (9 puntos), Ian O’Leary que fue un coloso bajo los tableros (11 puntos), Davin White que aportó puntos cuando estuvimos atascados (13 puntos), y Nico Richotti quien nos puso la victoria en bandeja, cuando apenas faltaban dos segundo y medio para finalizar el encuentro.
Cuando se abrió el telón, el equipo gallego, nos destrozó con un juego pletórico lleno de acierto, y prueba de ello el electrónico marcaba un 15 a 4, cuando apenas habían transcurrido cuatro minutos. Ese tanteo anímico, hizo que el técnico pidiera un tiempo muerto y a la vez reconstruir el equipo con cambios.
Los no habituales en los quintetos iniciales, fueron los que les cambiaron la sonrisa al Obradoiro, y entre ellos, Salva Arco, que estaba “on fire”, seguido de Will Hanley, junto con el resto de compañeros arreglaron el desaguisado de comienzo de encuentro (19-17).
El segundo cuarto, estuvo marcado por el trabajo en el rebote, y ahí estuvo Ian O’Leary, y el base Davin White, haciendo gala de “jugador crossover” rompiendo caderas y defensas por doquier, además de aportar puntos desde el 6,75, llegando al descanso con diez puntos arriba (38-48).
Con el inicio del tercer cuarto, el conjunto aurinegro parecía que aún estaban en el descanso, desconectados, y en un abrir y cerrar de ojos, el colchón de 10 puntos se esfumó. Estaba claro que Javi Beiran y aún menos Tim Abromaitis tenían su día. Pero con todo, el C.B. Canarias no se aturdió, y el intérprete principal fue Salva Arco, con dos triples al límite de la bocina.
Y llegó el último cuarto, donde conseguiríamos una renta de ocho puntos que fueron reduciéndose poco a poco, estando a 26 segundos del final 76 a 77 y los aficionados televisivos “comiéndose la pantalla de los nervios”.
Una falta antideportiva de Tim Abromaitis, nos sacaba de quicio, pero el Obradoiro, sacó de esta ventaja dos puntos. El momento de gloria, fue para Nico Richotti, el escolta aurinegro realizó cortó la zona, sacándole la falta a McGrath cuando apenas faltaban dos segundos y medio, ¡ANOTÓ LOS DOS TIROS LIBRES! para dejar el marcador de un encuentro vibrante en 82-84. Suficiente plato de una empanada gallega que nos supo a victoria.
Foto: ACB
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