Fueron demasiados los condicionantes negativos y los golpes como para levantarse y rascar algo de una derrota que solo los aurinegros son culpables (72-83). No existen excusas que valgan, y escudarse debajo de la manta del un mal arbitraje es poner un apósito en una herida de un encuentro que resume una temporada y que habrá tiempo para analizar.
Está claro, que se han desmoronando los sueños, y las hermosas cabalas para la Basketball Champions League, con el aditamento de ser el actual campeón, ahora campeón caído, de la citada competición europea. No es una derrota que encienda las alarmas porque el Canarias es noveno en la Liga Endesa. No es una derrota que mueva cimientos porque tiene una afición que esta siempre a su lado y no es dada a la crítica (Pero ¡ojo ! eso no significa que se les tomen el pelo). Es una derrota sangrante nos guste o no porque el equipo no está jugando bien, con una ineficacia en el tiro exterior que ya es patológica, salvo en el último encuentro de la competición domestica. Es una derrota desilusionante, porque ayuda a ir enterrando las elevadísimas aspiraciones que existían hace sólo unos días muchos aficionados. Somos conscientes, que todas las temporadas no pueden ser iguales, pero es cierto, que el cumulo de traspiés de esta temporada, nos indica que es imposible aspirar a nada más. Quizás haya que empezar por ahí.
Porque desde el corte del entrenador,… hasta los fichajes de jugadores que han salido rana y cuya aportación a sido nefasta para el grupo, y que en otras circunstancias, sabiendo que somos una empresa (SAD) se le hubiera puesto de patitas en la calle. No obstante, la cuenta de resultados o el balance habrá que hacerlos en su momento.
Las opciones no se ha terminado, existe margen de maniobra. Y para ello, si se desear estar entre los mejores de la liga hay que rearmarse, de actitud con lo que tenemos…
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